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miércoles, 22 de febrero de 2017

Raritan Blues - Eduardo Chirinos

Raritan Blues - Eduardo Chirinos 

Para Margarita Sánchez

Aquí no hay bulla ni miseria,
sólo un bosque de árboles mojados y cientos de ardillas
correteando vivaces o escarbando una nuez.
A lo lejos un puente
una interminable fila de automóviles retorna a sus hogares
y nubes balando ante un perro pastor y amarillo.
¿Eres tú quien camina en las riberas del Raritan?
Recuerdo un río triste y marrón donde las ratas
disputan su presa con los perros
y aburridos gallinazos espulgándose las plumas bajo el sol.
Ni bulla ni miseria.
El río fluye educado como en una tarjeta postal
y nos habla igual que hace siglos, congelándose y
descongelándose,
viendo crecer a sus orillas cabañas, iglesias, burdeles,
plantas refinadoras de petróleo.
Escucho el vasto rumor del Raritan, el silencio de los patos,
de los enormes gansos salvajes.
Han venido desde Ontario hasta New Brunswick,
con las primeras nieves volarán al sur.
Dicen que el río es la vida y el mar la muerte.
He aquí mi elegía:
un río es un río
y la muerte un asunto que no nos debe importar.


lunes, 6 de febrero de 2017

LA DULCE VENGANZA DE JOSEF HASSID - CARLA BADILLO CORONADO

LA DULCE VENGANZA DE JOSEF HASSID

(a partir de La meditación de Thaïs)
A Iván Brull

La luz sólo es quebrada / por quien encuentra belleza
en medio de las sombras.
Una puerta a medio abrir es mi cerebro,
por eso escucho la voz que ilumina el temblor de los ciegos.
Los sonidos son la perpetuación de la vida,
como una ola gigante que en la orilla no muere.
Y sube y baja la marea del instinto
mientras el violín lo toca aquel que murió a los 26,
luego de que le abrieran el cráneo en una lobotomía.


¿Pero qué sale del cerebro de un genio?
¿Pus dorada?
¿Embriones de pájaros extintos?
¿Humo con olor a azufre, a jazmín, a brea?
¿Qué brota de alguien que sólo nace cada 200 años
para darnos a los mortales un poco de belleza?
Y un poco de dolor, desde luego,
porque todo lo bello duele.
Por eso un genio viene cada 200 años
y se venga de los doctores del Tiempo
haciéndoles lobotomía a través de la música.
Y ya con la tapa del cráneo abierta
les susurra muy bajito al oído:
No dejes de respirar los sonidos,
No dejes de sentir, no dejes de sentir,
que todavía estás vivo.