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sábado, 2 de julio de 2016

Marco Aurelio Denegri: A veces no conviene desenmierdar (Oscar Hahn)

Dice Miguel Gomes lo siguiente, en su trabajo sobre el psicoanálisis y la política en la poesía de Óscar Hahn: En la segunda parte de la ‘Autobiografía del inconsciente’ se perfila la pureza salvadora de lo que el analista quiere expropiar...

SIGMUND FREUD, POR SALVADOR DALÍ. Freud (1856-1939) fue o quiso ser el gran deshollinador de la psique. Dalí (1904-1989) lo trató una sola vez, pero guardó de él una impresión imborrable.


Por Marco Aurelio Denegri.
Dice Miguel Gomes lo siguiente, en su trabajo sobre el psicoanálisis y la política en la poesía de Óscar Hahn:
“En la segunda parte de la ‘Autobiografía del inconsciente’ [uno de los poemas de Hahn] se perfila la pureza salvadora de lo que el analista quiere expropiar y acaso constituya la última esperanza para quienes anhelen escapar de la ‘razón’ omnipotente que rige el presente.
“No se olvide que la ciencia –en cuyos territorios se erige el psicoanálisis– ha sido la gran aliada desde más o menos las mismas fechas en que la sociedad burguesa se impuso. Tampoco perdamos de vista que en Hahn no son nuevas las acusaciones contra la ceguera social del cientificismo moderno y las catástrofes que ocasiona:
“ ‘Todas las noches saco a pasear a mi inconsciente / Sucede que se ahoga que no respira bien
“ ‘Tiene unas pesadillas horribles / Sueña con Frankenstein con Drácula con la Momia
“ ‘Pero apenas ve el Sol se pone a chillar como un cerdo / y quiere regresar a mi cuerpo otra vez
“ ‘[...]
“ ‘Hoy día mi inconsciente se fue de paseo a la playa / y se tendió frente al mar con su traje de baño de los años 20
“ ‘Los deshollinadores quieren entrar en mi inconsciente / matarme las hormigas limpiarme los pelos
“ ‘sacar el hollín que se acumula / desde que estamos en el vientre materno
“ ‘Pero sin hollín mi inconsciente no es nadie / Es un hoyo en el vacío un esqueleto sin huesos
“ ‘No me toques el hollín oye / Mi inconsciente es una iglesia en llamas
“ ‘con sus curas sus beatas y el altar / que es una cama donde arden como locos’.” (*)
La labor del psicoanálisis, o mejor dicho, el propósito, ya que la labor la cumple el psicoanalista; el propósito, la finalidad del psicoanálisis es desenmierdar a los pacientes. Los pacientes están sucios por dentro; algunos muy sucios; otros, no tanto; pero todos tienen alguna cantidad, mayor o menor, de mierda dentro. Entonces acuden al psicoanalista y éste les aplica la terapia del desenmierdamiento.
Ahora bien: Óscar Hahn, uno de los grandes poetas contemporáneos de Chile, considera que este proceder es completamente erróneo, porque en muchos casos la mierda es la razón de ser de los enmierdados, los cuales si valen algo, es por el hollín que tienen y la basura que amontonan, guardan y conservan en su fuero íntimo. Deshollinarlos, desenmierdarlos, limpiarlos, equivaldría a reducirlos a la nada. Dicha limpieza es por otra parte dificilísima y hasta imposible por el hecho incontestable de ser muy adictiva la basura y archifascinante el muladar. La adicción a la suciedad más atroz es tan indesarraigable como el alcoholismo. El encanto de lo bajo y la fascinación que ejerce el lodo tientan permanentemente a los seres humanos.
(*) Miguel Gomes, “Psicoanálisis y política en la poesía reciente de Óscar Hahn”. En: El Arte de Óscar Hahn. Edición de Pedro Lastra. Lima, Ediciones El Santo Oficio, 2002, 51-52.

miércoles, 29 de junio de 2016

Curriculum Vitae - Blanca Varela

Curriculum Vitae

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.

domingo, 19 de junio de 2016

Los dos Reyes y los dos laberintos - Jorge Luis Borges

Los dos reyes y los dos laberintos [1]
(El Aleph (1949)

         Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó construir un laberinto tan complejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: “¡Oh, rey del tiempo y sustancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el paso.”
          Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con Aquél que no muere.



[1] Ésta es la historia que el rector divulgó desde el púlpito. Véase la página [...«Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto», párrafo 12: “Nuestro rector, el señor Allaby, hombre de curiosa lectura, exhumó la historia de un rey a quien la Divinidad castigó por haber erigido un laberinto y la divulgó desde el púlpito...”]

lunes, 6 de junio de 2016

NAVEGANDO HACIA BIZANCIO - Sailing to Byzantium By William Butler Yeats

NAVEGANDO HACIA BIZANCIO

I
Aquel no es un país para hombres viejos. Los jóvenes
Tomados del brazo, las aves en los árboles
- Las generaciones que mueren - cantando,
Las cascadas de salmón, los mares repletos de atún,
Peces, animales, aves, encomian todo el verano
Todo aquello que se produce, nace, y muere.
Atrapado en esa música sensual todo ignora
Monumentos de intelecto que no envejece.

II

Un hombre viejo no es más que una cosa miserable,
Un abrigo andrajoso sobre un bastón, a menos
Que el alma aplauda y cante, y cante más fuerte
Por cada arruga en su traje mortal.
Ni hay otra escuela de canto que el estudio
De monumentos de magnificencia única;
Y por eso he navegado los mares y he venido
A la santa ciudad de Bizancio.
III
Oh sabios que estais en el fuego sagrado de Dios
Y en el dorado mosaico de un muro,
Venid del fuego sacro, girad hasta mí,
Y sed los maestros de canto de mi alma.
Consumid mi corazón; enfermo de deseo
Y atado a un animal agonizante
No sabe ya lo que es; y llevadme
A la ilusión de la eternidad.

IV

Una vez fuera de la naturaleza, no he de tomar
Mi forma de ninguna cosa natural,
Sino una forma como la que los herreros griegos hacen
De oro repujado y esmalte dorado
Para mantener despierto a un somnoliento Emperador;
O ponen en una rama dorada para que cante
A los señores y las damas de Bizancio
Sobre lo pasado, lo presente, o lo por venir.



Sailing to Byzantium

That is no country for old men. The young 
In one another's arms, birds in the trees, 
—Those dying generations—at their song,
The salmon-falls, the mackerel-crowded seas, 
Fish, flesh, or fowl, commend all summer long 
Whatever is begotten, born, and dies. 
Caught in that sensual music all neglect 
Monuments of unageing intellect. 


II 

An aged man is but a paltry thing, 
A tattered coat upon a stick, unless 
Soul clap its hands and sing, and louder sing 
For every tatter in its mortal dress, 
Nor is there singing school but studying 
Monuments of its own magnificence; 
And therefore I have sailed the seas and come 
To the holy city of Byzantium. 


III 

O sages standing in God's holy fire 
As in the gold mosaic of a wall, 
Come from the holy fire, perne in a gyre, 
And be the singing-masters of my soul. 
Consume my heart away; sick with desire
And fastened to a dying animal 
It knows not what it is; and gather me 
Into the artifice of eternity. 


IV 

Once out of nature I shall never take 
My bodily form from any natural thing, 
But such a form as Grecian goldsmiths make 
Of hammered gold and gold enamelling 
To keep a drowsy Emperor awake; 
Or set upon a golden bough to sing 
To lords and ladies of Byzantium 
Of what is past, or passing, or to come.

W. B. Yeats, “Sailing to Byzantium” fromThe Poems of W. B. Yeats: A New Edition,edited by Richard J. Finneran. Copyright 1933 by Macmillan Publishing Company, renewed © 1961 by Georgie Yeats. Reprinted with the permission of A. P. Watt, Ltd. on behalf of Michael Yeats.
Source: The Collected Poems of W. B. Yeats(1989)



viernes, 20 de mayo de 2016

Árbol que eres un penoso relámpago ... - Javier Sologuren - Poema

Árbol que eres un penoso relámpago...


Árbol que eres un penoso relámpago,
viento que arrebatas una ardiente materia,
bosques de rayos entre el agua nocturna;
¿he de decirles que para mí se está forjando
una pesada joya en mi corazón, una hoja
que hiende como una estrella el refugio de la sangre?

Ignoro otra mirada que no sea como un vuelo
reposado y profundo, ignoro otro paso lejano,
ola que fuese más clara que la vida en mi pecho.

Sepan que estoy viviendo, nubes, sepan que canto,
bajo la gloria confusa de la tarde, solitario.

Sepan que estoy viviendo, que me aprieta el cielo,
que mi frente ha de caer como lámpara vacía
a los pies de una estatua que vela tenazmente.

lunes, 16 de mayo de 2016

A Cristo en el matadero - Poema de Antonio Cisneros

A CRISTO EN EL MATADERO

Cuando hablaste
del amor y repartías
la paz y los pescados,
se acercaban
para amarte, Señor
amable y sabio.
Un buen día, aburridos
de milagros,
hartos de caminatas,
decidieron
cambiar tu cabellera
y tus sandalias
por unos cuantos reales.
Lleno de clavos
tu cuerpo fue enterrado
junto al vientre
de las ratas. Tus palabras
se hicieron estropajos,
tambores pellejudos
que anuncian
negocios y matanzas.

martes, 3 de mayo de 2016

Cantiga del Grünewald - Antonio Cisneros

Cantiga del Grünewald

Agua de ajos tu sangre
una alameda
de tilos florecida
un verdulero turco
un edificio
de piedras en salmón
o lúcuma o melón
donde nadie responde
o bien
de la estación
al lago
a trote por el bosque
Grünewald
ardillas comadrejas
donde nadie otra vez
y siempre igual
el teléfono envuelto
en una manta
al fondo del cajón
encerrado con llave
entre ese closet
(                       )
te ofrezco un matrimonio
maronita
la bufanda escocesa
o un cerdo de Ceylán.

De "Propios como ajenos" Antología personal
Editorial Inca, Lima, Perú 1989