En algún
momento el universo se transforma
y hace que las
cosas mas imposibles sucedan.
Que dos
planetas lejanos y distintos se acerquen
es algo
inusual y maravilloso,
la posibilidad
altera a los políticos,
la
posibilidad altera a los corazones.
De pronto
los contornos se reconocen,
recuerdan épocas
pasadas,
y lo que se
creía tan diferente
termina
siendo el complemento del otro.
Entonces
los planetas,
emocionados
e ilusionados,
y un poco
tontos
(no los
culpemos),
deciden
unirse y construyen un puente.
Ahora son
uno,
Ahora son
fuertes.
Los peces olvidan
las fronteras,
las aduanas
y los tratados.
Pero casi
nada es para siempre.
Los humanos,
siempre tontos,
siempre humanos,
toman “decisiones”,
y el férreo
puente es destruido por sus bombas
lanzadas desde
los escombros de sus sueños.
Pero un día,
el mundo vuelve a cambiar,
las galaxias
colisionan y forman una sola
y aquellos
planetas que se separaron,
vuelven a
estar juntos para la eternidad.
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